Por fin ha llegado nuestra esperada salida a la Granja Torretreviño y no nos ha defraudado. ¡Qué bien lo pasamos! Nos hizo un día increíble, al sol se estaba fenomenal y nos permitió tomarnos el almuerzo en un merendero, rodeados de bonitos árboles en flor, todos juntos muy contentos y con bastante apetito ¿Por qué será que ir a la Granja abre tanto el apetito?
Cuando bajamos del autobús nos recibieron Noa y Jako, dos perros pastores border collie negriblancos preciosos, que no paraban de juguetear a nuestro alrededor despertando nuestras sonrisas.
Nos dividieron en tres grupos, así que lo hicimos por clases para organizarnos mejor. Tres monitoras nos acompañaron a realizar las actividades en turnos.
Con Ana nos acercamos al gallinero y tuvimos muchísima suerte porque el Pavo Real nos recibió con la cola abierta como un abanico y emitiendo un sonido característico que hacen cuando se ponen coquetos y buscan novia. Fue genial. Echamos de comer a las gallinas, a los gallos y a los gansos, también vimos sus ponederos, donde había bastantes huevos. Previamente nos habían enseñado una incubadora donde los huevos pasan 21 días calentitos para nacer como si los incubara su mama gallina. Conocimos un pequeño cerdo en su pocilga y recordamos cuántas maneras hay de llamarlos, ¿queréis probar?, comenzad.... cerdo, marrano,... ¿cuántas os salen?
Con Eva nos acercamos al establo, donde estaban los burros Platero, Y Yo, su hijo el Pollino y un pequeño Pony, a los que dimos de comer. Les tocamos la cabeza, eran muy suaves y ¡tan buenos! Nos fuimos a conocer un pequeño cabritillo negro que solo tenía quince días y pudimos cogerlo, ¡era tan mono! Tambien pudimos tocar un cordero y ver a las ovejas cuidando a sus corderillos con tanto amor.
Raquel fue la encargada de llevarnos a conocer el lugar, donde descansan los pequeños terneros que no llegan al peso que debieran tener por edad y hacernos observar la diferencia entre vacas y toros. Pudimos tocar un pollito y tener en brazos un tierno conejo de angora que era muy suave. A continuación nos fuimos a darles de comer a las vacas, ¡que tragonas son! nos estaban esperando para que les diéramos pan y nos sacaban una larga lengua de color un poco morado. A algunos nos daba un poco de miedo acercarnos a ellas porque tienen una cabeza muy grande, pero darles de comer fue muy divertido.
Fue una mañana estupenda, aprendimos muchas cosas que no sabíamos y nos dimos cuenta de todo lo que hemos aprendido con nuestro Proyecto de La Granja. Nos regalaron unas tomateras que plantaremos para llevárnoslas a casa y solo nos queda agradecer a las mamas que nos acompañasteis vuestro interés.