martes, 3 de mayo de 2016

Misiones Humanitarias

Palomita blanca 

que surcas el cielo

¿dónde está la paz que tanto queremos?

Está cuando damos amor y cariño.

 

Así finalizó Yuri, la mamá de Daniela, la charla que mantuvimos con ella el viernes pasado. Ella es militar de profesión y repara los vehículos que emplean en sus maniobras. Participa con el ejército en misiones humanitarias como mediar en conflictos tras una guerra. Dos de los lugares en los que ha participado son Kosovo y Líbano.

 

El día a día es duro pero la mejor recompensa es saber, dice ella, que están ayudando a quien lo necesita. Comparten trabajo con otros ejércitos de otros países.

 

En una guerra todos salen perjudicados, la población más perjudicada son los niños.

 

Para estar preparados en estas misiones, además de estar preparados académicamente, hay que estar muy en forma, conocer idiomas, tener conocimientos de la situación  de los lugares donde se va, empatía con las personas y trabajo en equipo.

 

Nos mostró un video y también nos contó alguna anécdota como la de un niño que iba detrás del camión para pedir comida.

 

Nos enseñó como en la disciplina militar se aprende a desfilar y la ropa de trabajo, que es ropa de camuflaje para pasar desapercibido ante situaciones difíciles en las que hay que protegerse.

 

Nos dejó unas chucherías para después del almuerzo, al igual que ellos reciben una medalla tras cada misión, nosotros recibimos la chuchería como la medalla al interés que nos despertaron sus explicaciones.

 

Gracias Yuri por darnos la oportunidad de saber algo más sobre este trabajo tan especial.






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