Una de los
aspectos más complicados dentro de la tarea educativa que nos encontramos
diariamente en las aulas es el de los límites, y que a su vez influye
directamente en vosotros, los padres. Aquí tenéis unos consejos para poder
llevarlos a cabo.
Técnicas:
- Verificación: comprobar que nos ha oído, así que no es necesario repetir.
-Corte: no hay opción a discusiones, quejas o tratos.
-Tregua: si una o las dos partes están muy enfadadas hay que dar un tiempo de tregua para que una o ambas partes se calmen antes de resolver el problema.
En primer lugar hay que tener claro cómo debe ser el límite. No es lo mismo decir a un niño "vale ya, eres un pesado" que decir "tienes que esperar a que termine de hablar por teléfono".
- Verificación: comprobar que nos ha oído, así que no es necesario repetir.
-Corte: no hay opción a discusiones, quejas o tratos.
-Tregua: si una o las dos partes están muy enfadadas hay que dar un tiempo de tregua para que una o ambas partes se calmen antes de resolver el problema.
En primer lugar hay que tener claro cómo debe ser el límite. No es lo mismo decir a un niño "vale ya, eres un pesado" que decir "tienes que esperar a que termine de hablar por teléfono".
Por tanto, el
límite o norma que establecemos debe ser:
-Cuanto más claro y conciso mejor. Hay que ir al grano (y esto no siempre es fácil).
-Utilizad un tono de voz firme pero normal. No hace falta gritar.
-Anunciar la consecuencia de antemano.
-Y lo más importante: cumplir la consecuencia si es necesario.
Primero hay que anunciarla previamente cuando sea posible para que el niño sepa a lo que atenerse. Hay que transmitirla con calma y hacerla cumplir del mismo modo. No es necesario criticar ni humillar al niño.
Segundo, hay que aplicarlas cuantas veces sea necesario y de manera inmediata; y en último lugar, una vez cumplida, borrón y cuenta nueva (no es necesario seguir echándoselo en cara el resto del día).
Todos sabemos que la tarea de educar no es nada sencilla, y todas las ayudas son bienvenidas. No caigáis en el desánimo si de vez en cuando hay retrocesos. Son completamente normales. Lo importante es darse cuenta y poner las medidas oportunas a tiempo.
-Cuanto más claro y conciso mejor. Hay que ir al grano (y esto no siempre es fácil).
-Utilizad un tono de voz firme pero normal. No hace falta gritar.
-Anunciar la consecuencia de antemano.
-Y lo más importante: cumplir la consecuencia si es necesario.
Primero hay que anunciarla previamente cuando sea posible para que el niño sepa a lo que atenerse. Hay que transmitirla con calma y hacerla cumplir del mismo modo. No es necesario criticar ni humillar al niño.
Segundo, hay que aplicarlas cuantas veces sea necesario y de manera inmediata; y en último lugar, una vez cumplida, borrón y cuenta nueva (no es necesario seguir echándoselo en cara el resto del día).
Todos sabemos que la tarea de educar no es nada sencilla, y todas las ayudas son bienvenidas. No caigáis en el desánimo si de vez en cuando hay retrocesos. Son completamente normales. Lo importante es darse cuenta y poner las medidas oportunas a tiempo.
¡Ánimo!
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